El periodismo siempre ha sido víctima de gente que desea silenciar cierta información que no quiere que sepa el público ya sea maniobras políticas non sanctas, corrupción, secretos, escándalos, negocios, oposición lisa y llanamente. En Venezuela se atacó a la cadena Globovisión, medio que utiliza la oposición al gobierno del presidente Chávez. En Marruecos dos publicaciones Tel Quel y Nichane que publican sondeos de opinión sobre la figura del rey Mohamed VI fueron secuestradas. Y así últimamente.
Estamos en contra del silencio, del no libre ejercicio de la eficaz tarea de informar. La censura es innoble perjudica a quien la ejerce más que la crítica o la opinión censurada. La libertad de prensa es fundamental para que a un país se lo tome en serio. El " tijeretazo" averguenza a quienes bregamos por un periodismo ético y libre.
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