"Suena un timbre, una sirena. Puerta giratoria por donde entro y salgo siempre al mismo lugar; escalera mecánica donde descubro que perdí las piernas hace tiempo en una guerra donde no estuve. ¿Fue una granada o una mirada de ira? Lo cierto es que aquí, en medio de la calle, agito mi campanilla de leproso y canto con una voz gangosa, de lázaro, las bellezas de la vida.
Sus finos zapatos de piel de culebra la llevan hasta mí y con mi dedo que es una aguja de metal, negra, perfecta, infalible, le muestro la carroña, el techo de desperdicios, la ulcerada nariz del poeta, y le digo una vez más a ella, a mi espantada sombra, que me acompañe un día más y un día más y un día…."
Blanca Varela de "Calle 14 "
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