Sixto era un mujeriego empedernido. Un superado en el tema del conocimiento de todo tipo de mujeres. Pero si él se las sabía todas. Rubias, morochas, pelirrojas, africanas, caribeñas, asiáticas...Todas. Era buen mozo y frío. Era ardiente a su modo pero frío.
Paula era una romántica incurable. Y ya llegaba a los 40 años, sin descendencia alguna. De su familia era la extraña, un ser pura cabeza y puro corazón. Un Quijote con faldas en busca de la justicia. Enamorada de Francis, su ex de la adolescencia. Hay amores que nunca pueden olvidarse se decía hasta que conoció a Sixto.
Sixto y Paula si había una pareja menos obvia era esa, eran apasionados, muy. Y eran diferentes , muy. Paula era amorosa, Sixto, no. Paula era auténtica, Sixto, no. Paula era celosa pero con criterio , Sixto era enfermo de celos. Y delirante, se inventaba historias de ella. Escuchaba voces, voces en su cabeza que le decían que ella era desleal. Que lo traicionaba.Paula era temperamental, él era feroz. Ella era un vendaval pero él era pura venganza, puro odio, pura inseguridad.
Sixto mientras estaba con Paula flirteaba con todas.La amaba pero no verdaderamente. Nunca profundamente, a su estilo, superficial, inseguro, paranoico.Ella creía en él, lo amaba más que su vida. Pero le descubrió el juego y eso la desencantó.Todavía lo ama. Pero no sabe que hacer con ese amor despedazado que se le escurre entre las manos.
Paula descubrió que él en el fondo , él. Le escribía cartas de amor a otro hombre, se enviaban fotos desnudos, Paula descubrió que él andaba tras de travestis, que los buscaba , que se amaban...
Y entonces entendió porque con ferocidad Sixto la juzgaba,con qué remotos datos la dibujaba, se hacía un perfil falso de ella con esos datos mentirosos, la traicionaba, la vendía por un orgasmo más con cualquiera, con cualquier mujerzuela , con cualquier travesti, con cualquier perro sarnoso que encontrara por ahí.Con tal de no aceptar que él en el fondo era otra cosa que lo que él proyectaba de sí mismo a los demás.
Paula sabía muchas cosas, demasiadas.Que el amor cuando es mentiroso, inseguro, desleal no es amor. Y que sabía perfectamente que Sixto la amaba pero que nunca dudó en entregarla al viento, al Diablo, a la Muerte, a cuanta rata se le cruzara por el camino porque nunca nunca se tomó el trabajo de conocerla y que una mirada superficial puede triturar hasta el amor más grande.
Mónica Pedraza
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