Teatro griego
Una tarde para morir
un día para nacer...
Sostenida por sueños,
acuchillada por traiciones.
Cómo poder aceptar que el Paraíso
se ha desintegrado,
que las palabras no pueden cubrir
el cuerpo del amor,
Subo al bus
es difícil volver a casa,
siempre lo es,
El faro es el de la soledad
admitida a gritos,
Escribo
para poder asumir con dignidad
que este concierto
es el sonido vacío
de una sala llena
en la que aplaudirán
esta loca suite fantasmal,
Me he quedado en el centro del escenario
para arropar
ciertas certezas
que no dejaron en mí
sino
una pobre poesía rota y deslucida
Un teatro griego colmado,
de noche y tragedia.
Mónica Pedraza
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