Vivimos en un mundo consumista en que hay que tener y comprar. Por suerte soy de las que elige ser y no volverme consumista. Me vuelvo más minimalista, más despojada de lo que fui siempre. Medio zen medio franciscana. Me encanta la ropa pero no compro en exceso. No me da el bolsillo como a todos pero antes era más de acumular prendas,sandalias, etc. Cuánto más relajada te volvés todo fluye. Porque no hay apego sino que todo va y viene. Compro algo , lo uso , lo regalo todavía nuevo o casi nuevo. Y a su vez increíblemente me vuelve en regalos...Cuánto más cerrás la mano menos obtendrás de la Vida. Leyes del Universo, das y obtendrás muchísimo.
Ese minimalismo te centra, te da paz, serenidad. Poco , limpio y bueno.
Lo único que deberíamos tener de más es Salud obvio y Naturaleza. Mares, ríos, montañas, bosques, árboles, flores, animalitos...Coleccionar objetos, cosas no.Coleccionar, atesorar instantes, recuerdos, amaneceres, atardeceres, noches.Eso sí.
Por eso elegí esta obra de Giovanni Tilotta, la mujer, la profunda paz, la contemplación del mar. Es todo lo que hay y es infinita riqueza.
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