" La dificultad en sí misma puede ser un camino hacia la concentración: el esfuerzo invertido nos lleva a una tarea [...]. La dificultad, ya sea de vida o de oficio, no es un obstáculo para un artista. Sartre llamó al genio "no un don, sino la forma en que una persona inventa en circunstancias desesperadas". Así como la presión geológica transforma el sedimento del océano en piedra caliza, la presión de la concentración de un artista se aplica a la realización de cualquier obra completamente realizada.
Gran parte de la belleza, tanto en el arte como en la vida, es un equilibrio de las líneas del deseo que fluye hacia adelante con las de la resistencia: un árbol nudoso, el fluir de la tela drapeada de una estatua. A través de tales tensiones, físicas o mentales, el mundo en el que existimos se convierte en él mismo. El gran arte, podríamos decir, se piensa que se ha concentrado precisamente de esta manera: perfeccionado y moldeado por una atención sedosa que se aplica a la materia recalcitrante de la tierra y de la vida ".
Jane Hirshfield
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