"En la metafísica del cuerpo, el cuello forma el vínculo entre la razón de la mente y la luz del espíritu, y la irracionalidad del cuerpo y la oscuridad del deseo. En otras palabras, el cuello es el lugar intermedio y el lugar exterior. Ser testarudo, a diferencia de acobardado, no se refiere solo a exponer el cuello o no, parecer indefenso o no, pues cuando inclinas la cabeza también ocultas la mirada al otro. Mirar a los ojos de alguien es una señal de que son iguales, mientras que mirar hacia abajo es subordinarse a la mirada del otro, dejar de estar en pie de igualdad. También puede significar mantener algo oculto, el verdadero yo de uno, o algo en él que uno no desea que se vea. La mirada hacia abajo puede contener odio o vergüenza o, como suele ser el caso, ambos a la vez ".
Karl Ove Knausgård (traducción de Ingvild Burkey)
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