La máquina de la felicidad no anduvo Es por eso qiue secretamente coloqué la última carta entre el pecho y las costillas y me acosté a dormir bajo el sonido de un mar que prometía sueños infinitos.
La Tierra se abría y me tragaba y no quise ver que me esperaba en ese reparto raro.Nunca anduve detrás del dinero ni quise gloria alguna. Sólo descansar esta cabeza del desequilibrio y la deshonestidad.
Anduve paisajes y cielos perfectos. Con mi mochila de soledad y desamor.
Ahora que golpeo puertas fantasmales siento la belleza del viento como una corona peinándome las tristezas
Solo quiero soñar y dormir bajo un día intenso en el que pido absoluta paz y olvido.
En las largas habitaciones de un palacio interminable ya han dado las horas donde el Tiempo y yo desconocemos lo que hemos andado.Hemos pactado una reconciliación como caballeros que se citan a tomar un vino y beben a deshoras.Y luego parten destinados a no cruzarse nunca más.
Mónica Pedraza