“Paulson: ¿Tuviste terrores parecidos cuando eras niño?
David Foster Wallace: En un país en el que lo tenemos todo tan fácil uno de los mayores vectores de temor es el aburrimiento. Aparecen pequeñas muestras de desesperación y aburrimiento a un nivel espiritual en cosas como las tareas del hogar o en asuntos escolares especialmente áridos. Me acuerdo del alivio increíble que se elevaba en clase cuando determinados profesores decían que íbamos a ver una película en la escuela primaria. Y no se trataba simplemente de un «ah, vamos a divertirnos» hedonista. Era como una liberación de alguna especie de carga terrible, pensaba. Así que no lo sé. Tal vez.”,
(Burn, 2012: 178)