Prólogo
Este libro se recordará como el cajón pequeño
donde el autor guardó las manos que desordenaban
su vida.
Su corazón oscuro dice “en estas páginas
una casa se derrumba, un perro ladra
para espantar su propio reflejo de la pared”.
El mensaje viaja rendido en una botella:
la palabra siempre es la marea.
Agustín Mazzini