"Una de las características más destacables de la hipercultura es el “deseo de lo nuevo”, esto es, la apropiación de manera intensiva de infinidad de elementos. La hipercultura es una mutación constante. No para de fagocitar –apropiarse– nuevos elementos. Los elementos engullidos son novedad durante muy poco tiempo. En la hipercultura no existe lo extraño, tampoco lo propio. Ambas categorías desaparecen. No hay nada digno de protección, lo propio; ni nada que nos espante, lo extraño. Ni fobia ni orgullo, curiosidad. En la hipercultura lo que hay es lo nuevo y lo viejo. Cada cosa que se yuxtapone, lo nuevo, hace viejo a todo lo que se había unido un rato antes.
La cultura existe territorializada, ubicada en algún lugar. La globalización se ha encargado de eliminar los límites geográficos...".
Javier Benítez acerca de la obra de Byung-Chul Han "Hiperculturalidad" (del blog El vuelo de la lechuza)