Siempre me conmueve leer el Cantar del Mío Cid y especialmente estos versos.
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El Cid sale de Vivar para el destierro
| Narrador
| | De los sus ojos tan fuertemente llorando, | | | | Tornaba la cabeza y estábalos catando. | | | | Vio puertas abiertas y postigos sin candados, | | | | Alcándaras vacías, sin pieles y sin mantos, | | | | Y sin halcones y sin azores mudados. | 5 | | | Suspiró mío Cid pues tenía muy grandes cuidados. | | | | Habló mío Cid, bien y tan mesurado: | | |
| Cid
| | -¡Gracias a ti, señor padre, que estás en alto! | | | | -¡Esto me han vuelto mis enemigos malos!
(De la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes)
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