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martes, 27 de junio de 2017
Elegía 1938, poesía de Carlos Drummond de Andrade
Elegía 1938
Trabajas sin alegría para un mundo caduco,
donde las formas y las acciones no encierran ejemplo alguno.
Practicas laboriosamente lso gestos universales,
sientes calor y frío, falta de dinero, hambre y deseo sexual.
Héroes llenan los parques de la ciudad por la que te arrastras,
y preconizan la virtud, la renuncia, la sangre fría, la concepción.
De noche, si hay neblina, abren paraguas de bronce
o se recogen a los volúmenes de siniestras bibliotecas.
Amas la noche por el poder de aniquilamiento que encierra
y sabes que, durmiendo, los problemas te dispensan de morir.
Pero el terrible despertar prueba la existencia de la Máquina Enorme
y vuelve a reponerte, minúsculo, frente a indescifrables palmeras.
Caminas entre muertos y con ellos conversas
sobre cosas del tiempo futuro y asuntos del espíritu.
La literatura estropeó tus mejores horas de amor.
Al teléfono perdiste mucho, muchísimo tiempo de sembrar.
Corazón orgulloso, tienes prisa por confesar tu derrota
y aplazar para otro siglo la felicidad colectiva.
Aceptas la lluvia, la guerra, el desempleo y la injusta distribución
porque no puedes, tú solo, dinamitar la isla de Manhattan.
Carlos Drummond de Andrade (de Sentimento do Mundo)
Fotografía:Alexander Marte Reyes
domingo, 25 de junio de 2017
El avión que me lleve a tu boca
El avión que me lleve a tu boca
Quiero reivindicar el corazón de la aurora
y sumarme al coro desesperado
de los que pierden todo
y son arrastrados por la marea del olvido.
Y son vilipendiados por los cómodos,
los hipócritas, los que nadan de día
y comercian la noche,
Quiero inaugurar un ahhhhhhh de éxtasis
sobre un mar gélido
y derretir la indiferencia
quemarme en tu amor demente
cuidarte
Cuidarnos...
La ciudad es una línea gris
sus pájaros nos han cautivado
inmemorialmente
Ahora quiero marcharme
y alcanzar el avión que me lleve
a tu boca...
Mónica Pedraza
Por mis venas va ligero de equipaje ..., Joaquín Sabina
El gobierno totalitario...Hannah Arendt
"El gobierno totalitario, como todas las tiranías, ciertamente no podría existir sin destruir el ámbito público de la vida, es decir, sin destruir, mediante el aislamiento a los hombres, sus capacidades políticas. Pero la dominación totalitaria como forma de gobierno es nueva, ya que no se conforma con este aislamiento, y también destruye la vida privada. Se basa en la soledad, en la experiencia de no pertenecer al mundo en lo absoluto, que es una de las experiencias más radicales y desesperadas del hombre".
Hannah Arendt, Los Orígenes del Totalitarismo
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