No queremos perecer. Nos gusta el viento Norte porque es altamente cálido. La vida se nos va. Ya no tenemos sangre en las venas.
Nos enamoran los perfumes del jazmín, los narcisos... Nadamos en la alta noche, nos gusta el calor, nuestro estado natural.
Sabemos de la importancia de una lavanda, de un romero, de un olivo, el sol no nos deja ver más...y nuestras arrugas están en toda la piel. Nos hemos vuelto adultos de repente, nos gusta reir. Toujours.
Y si nuestros sombreros apenas nos tapan la verguenza, andamos desnudos. Somos tan precarios, puercoespines, adolescentes siempre.Nunca nos da verguenza el cuerpo, nos late la sien fuerte, no tenemos verguenza, sólo tristezas cuando cae la tarde...
La vida es finita, no tenemos nada en las manos, más que un manojo de poemas escritos al azar. Nos tiembla la voz, vivimos enamorados, de tout. Creemos que sería absurdo vivir sin amar, amantes perfectos, dioses cotidianos apenas humanos.
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