"No quiero olvidar esto, que nunca me rebelé contra Francia por mucho que no mire a París con buenos ojos; ella ha tenido mi corazón desde mi infancia. Y me vinieron cosas excelentes; Cuanto más he visto otras hermosas ciudades desde entonces, más la belleza de ésta puede conquistar mi afecto. La amo sola, y más estando sola que recargada de pompa extranjera. La amo muchísimo, hasta sus cicatrices y manchas ".
Michel de Montaigne