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A veces escucho a Bob Marley e inmediatamente lo relaciono con la felicidad. La música puede ser droga. Y remitirnos a épocas muy antigüas y felices de nuestra historia. Me acuerdo de Córdoba capital. Estaba en una parada de colectivos con mi abuelita y mi hermano y sonaba Marley. Qué placer. Puedo ser feliz con tan poco pero mínimo. Un té, un perfume, una canción, el olor del café de mañana, un mate, que un pájaro cante, una pintura, comer una fruta (para mí soy un pajarillo no asumido), un fragmento de un libro...
Qué músico de la hostia, Marley. He escuchado tanto pero tanto Y no me interesa si consumía a full ganja o qué. Es inmenso como músico. Y quería la liberación de su pueblo.Y eso me merece el mayor de los respetos. Tiene tantos temas sublimes. Grande Bob Marley.
En mi discografía querida hay mix imposibles: Strauss, Marley, Piazzolla,Hardy, Biolay, Chopin, Max Richter, Goyeneche, Cocteau Twins, Beethoven, Tchaicovsky, Sui Generis, Salvatore Adamo, Virus, Lennon, Frank Sinatra, Spinetta, Death Can Dance, Sandro,Mina, Debussy, Elvis, Mercedes Sosa, The Radio Dept, The Nacional, Antonio Vega, Madonna, Björk,Mecano, Serú Girán, etc. A esta altura creo que he vivido con la música pegada a la oreja.
La vida ese sol absoluto, esa lluvia intensa, ese atardecer que se esfuma, ese parpadear entre sombras, esa musicalidad divina, el cine infinito, el teatro de nuestras paradojas, la libertad, la casa familiar, los besos, los amigos ,los rostros de los que amamos, nuestros padres, escribir.
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