Pasamos un hermoso día con mis hermanas. Hacía rato que no nos juntábamos, con esto del COVID. Hicimos más planes al aire libre esta vez si el virus nos deja obvio. Lo más bello es que mis hermanas admitían que mis sobrinas eran parecidas intelectualmente/emocionalmente a mí en algún punto, que una de ellas se identificaba conmigo. Para mí son todos divinos y los quiero inmensamente. Belleza de comentarios de mis hermanas, no puedo estar más honrada. Ya me gané la Navidad 2020.
Por otro lado recibo tantos mensajes lindos, el que más me gustó uno de un amigo que decía que le gustaban muchos mis escritos, que era raro encontrar a alguien con esa profundidad. Se tomó el trabajo de ponerlo en audio de voz al mensaje para que fuera más personal menos frívolo, Miles de veces me han dicho lo de los textos, poesías, etc. pero no está de más volverlo a escuchar, le agradecí mucho. Una cosa es que te evalúen la pinta y otra lo que decís, lo que transmitís. Otro lindo regalo de Navidad.
Una de mis hermanas va a terapia, consulta con un par de medicinas alternativas y hace yoga. Dice que se le han quitado las migrañas luego de décadas de padecerlas. Creer o reventar. Me pone bien que haya encontrado su rumbo y que esté más relajada. Mis hermanas coincidieron en el punto en que el encierro de la pandemia las deprimió, asustó o estaban ansiosas. Hablando con ellas , vecinos, amigos saqué que a nadie dejó inmune esta virus desgraciado. El encierro enfermó a mucha gente. Tantos años de budismo y fe sin embargo me ayudaron a sostenerme, a no perder las esperanzas y a estar relajada. Se nota en mí eso y agradezco haber tenido la templanza, haber conservado la alegría. Eso se nota en la piel, el pelo, en el brillo de los ojos. No sólo en la serenidad , la paz es de adentro y también de afuera.
Como dije en anterior post no renunciemos a la Vida, a vivir , a tener fuerzas para lo que vendrá. La mala noticia es que no viene nada bueno eso es como que ya está cantado. Es muy importante seguir siendo rebeldes, críticos y sobre todo no perder la compasión para con los otros.
No compré nada para mí en esta Navidad, cociné y compré cosas, regalos para los otros. Quizás sea este haya sido el mensaje más lindo, dejar de centrarse en uno y hacer feliz a los otros. La Vida te devuelve eso de alguna manera, claro que sí. Que una de mis sobrinas piense y diga que yo soy su referente, ya me gané varias Navidades juntas.
Que pasen buen sábado, gracias por leerme y seguirme.
Abrazos
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