Llegar al mar
Sístole diástole
el tren no para
no se detiene
y hay nieve.
Es el invierno
deberíamos huir
llevarnos la raíz y sembrar
en otro país.
Largas filas de exiliados
pilas de cadáveres,
no hay vida aquí,
nos queda la memoria
el refugio de la alegría,
no me verás partir.
Hay girasoles como fuego
y noches brillantes
que danzan en los ojos,
nos hartamos de todo,
hasta del resplandor,
del hedor de la lluvia
que se respira en la madera.
Necesito jugar,
llegar al mar,
subir la montaña
Ser un niño de nuevo,
dejar los zapatos en la puerta
Respirar.
Mónica Pedraza
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