Edward Hopper es un voyeur. Un vigía de lo silenciosa que puede ser una ciudad también fantasmal.Más allá de las ventanas, vidrieras ¿ Hay algo ?. Demasiado silencio, demasiada soledad. eso parecen decir las obras de Hopper. Gente que espera no se sabe a quien, a quienes. Cada persona es una isla, todos están solos. Hay mucha melancolía, hay una definitiva singularidad que a veces aguarda por una pluralidad fantasma y otras se da vencida definitivamente. Y rumea sola/solo en su círculo concéntrico de aislamiento.Piensan demasiado, están demasiado concentrados, abstractos.Y son frágiles, vulnerables en tanto y en cuanto alguien no vendrá, alguien no llegará a tiempo, alguien no los espera o alguien no traspasará la puerta. La frialdad llega y uno no sabe si llega de los otros o del afuera. O del glacial que uno se consigue por dentro.¿ Cómo sabemos que esperan o están tristes los personajes de Edward Hopper?. Los hombros vencidos de unos, los hombros expectantes de otros, la mirada al vacío, al infinito, al vacío de otros. Los que están en un tren ¿ van para algún lado ? O sólo están en un transporte que no los lleva a ninguna parte ??
Lo contemporáneo es de a uno parece decir Hopper. La incomunicación establece relaciones con la Nada. La ausencia se establece en el lugar como una herida imposible de cerrar.No se puede tener certeza del otro, del que vendrá. A lo mejor es sólo una espera, lo terrible es esperar de día y que nos llegue la noche. La noche puede ser fantasmal iluminada por dentro, con luces artificiales.Estamos acompañados por otros que son tan fantasmas como nosotros. Afuera ¿ Quién sabe ?. Afuera está demasiado oscuro.Y aunque hay LUZ. Ésta es solo fachada no acompaña apenas nos lleva a pensar en un desierto iluminado que no es mejor que este interior desolado.
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