Esta bestia, este aullido
este hedor de muerte
no puede compararse
con la tarde gris de los condenados
a morir de viejos
con olor a naftalina
mirando la TV
vencidos sus hombros.
Es una muerte infinita
gota a gota
La otra muerte/Vida
es ceremonia del Amor
es luche y vuelva,
es cuartearse el rostro
con el viento de la cordillera agreste
y llevar el ganado por ahí
muy lejos.
Este hastío urbano,
pasajero o perenne,
ver como se deshilacha el traje
de los oficinistas
en los cafés,
los días viernes.
No se parece
a la gente que sueña
y se destripa
en un duelo permanente
entre la miseria
el infortunio y la tapera.
Son dos mundos
son dos poblados diferentes,
la intensidad es la frontera.
Mónica Pedraza
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