" Hay que ver cómo se subleva el cuerpo. Mi diosa, mi niña. Te despiertas, te desperezas y sabes... La plenitud de un día en que el mundo nos sonará diferente, pausado, con rumores de festín en los dedos...Y manojo de estrellas como una corona, una tiara infinita, en la cabeza. Y ya no habrá tropiezos, quiebres, rispideces, agotamiento...
Mientras te escucho, tiemblo... Y el velamen de los barcos se hunde en mi espalda, impune."
Mónica Pedraza
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