El jazmín y el diamante de nuestros días
Dormiré un sueño largo
cansada esta vez,
muy cansada.
El día y la noche se exterminaron
y el jazmín y el diamante de nuestros días
Sólo la desolación ocupa los espacios, los puntos suspensisvos,
no quiero treguas, deseo el anonimato, la paz al fin...
Ya me entregué al crepúsculo, y a mi amiga, la noche,
no quiero expectativas, ni sueños, no deseo
más que la flor salvaje que perfumó mi Vida.
Me he desintegrado tantas veces, inútilmente,
he bebido del suelo,
corrí con los lobos
me alimenté con las setas salvajes,
quiero desaparecer.
Me río ante la horrible infelicidad,
no me busques en nada,
nunca estaré en ningún lugar,
Fuí perfume del Amor,
e imagen de la Divinidad,
ya no me verás,
me he desvanecido en el aire,
Me fugué
mi nombre es poblado por telarañas
no sé volver.
Mónica Pedraza
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