"El más fuerte dolor, envuelve a quien visita el momento de la verdad. Todo eso me dejaba admiradísimo, súbitamente me sentí identificado, embellecido por dentro, por haber tenido el valor de soportarlo, por no haber perdido el juicio entre todas las cosas que veía y experimentaba en cuerpo y alma, aquí, en mi soledad demasiado ruidosa, me daba cuenta con estupefacción me había introducido en el campo infinito de la omnipresencia".
Bohumil Hrabal, Una soledad soledad demasiado ruidosa
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