El viajero que tiene la necesidad de encontrar un flash, algo que le haga ver diferente la cotidianeidad basura. Esa rimbombante repetición mecánica de días y noches. Iguales. Absurda vida que le quita ilusiones al verbo vivir.
Perdemos mucho tiempo en actos que repetimos como autómatas. Tomar el colectivo, el tren, comer, ir al supermercado, beber, merendar, almorzar, cenar, barrer la vereda, encerar, hornear, baldear...Desdibujarnos en los mosaicos del patio. Desmayarnos en la cama luego de un día agobiante de tareas y obligaciones. A la mañana cuesta despertar, ni te digo con el frío.
De esas actividades repetitivas huye el viajero, de lo lisa que le queda la cabeza con la monotonía. Va hacia lo extraordinario. O lo que cree/imagina como tal. Tal vez no encuentre nada de eso. Que el horror vacui no le carcoma las esperanzas es lo que desea. ¿Lo conseguirá , no lo conseguirá. ? No importa, al menos lo intenta.
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