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martes, 4 de octubre de 2016

Salvados







Cada flor que amarillea se descompone. Así la larguísima hilera de días y de canciones y de sensaciones y de plegarias y de amaneceres y seguimos ciegos, y no despertamos aún si nos aguijonean con alfileres. La piel es dura pero el corazón que se cansa, que se harta es de diamante.

Crucifixión de las horas, de las estaciones en que hemos sido buenos y nobles y casi divinos porque éramos bellos y la fe era una coraza imperturbable, y cada quimera era acariciada como nueva, como perfecta, como maravillosa.

Pero es la malicia , el odio, la violencia, la desesperación,el desentendimiento, el miedo los que cierran todas las puertas que dan a los jardines y nos quedamos con los pétalos putrefactos de nuestros antiguos ideales y cavamos la tumba para enterrarlos y decirles "hey, descansa en paz, tal vez en otra vida, amigo, en un tiempo más benévolo, más prometedor..."


Y nos marchamos, ya sin alma pero tal vez salvados. Salvados por la Nada que nos asiste. Y enmudecemos porque hasta las palabras se empequeñecen en presencia del abismo.


Mónica Pedraza

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