"Aquellas dos imágenes le habían entrado por los ojos como la instantánea percepción de la felicidad absoluta y sin condiciones. Se las llevaría consigo para siempre. Porque es así como te fastidia la vida. Te atrapa cuando todavía tienes el alma adormecida y siembra en su interior una imagen,o un olor, o un sonido que después ya nunca puedes sacarte de encima. Y aquéllo era la felicidad. Lo descubres después, cuando ya es demasiado tarde. Y ya eres, para siempre, un exiliado: a miles de kilómetros de aquella imagen, de aquel sonido, de aquel olor. A la deriva."
Alessandro Baricco de "Tierras de cristal"
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