De todas maneras Sanjurō debe sobrevivir. Se ha quedado sin señor. Y un rōnin es siempre una especie de príncipe aunque ya la burguesía ocupe el centro de la escena. Un rōnin nunca debe ser un sicario cualquiera, un mercenario que se vende al mejor postor. Sigue siendo un sámurai y debe respetar los principios y reglas en que fue educado y conformado.
El sámurai en el film debe servir a dos mafias que dominan la ciudad, los clanes Seibei y Ushi-Tora.
Sanjurō ¿ Es un asesino o un sobreviviente ?. La codicia al final priva sobre lo ético o ya lo motiva sólo su ser que se ha vuelto puramente violento e ímpío. De temer. Cuando otrora sería alguien respetado o un ejemplo a seguir. Ahora es temido. Aparentemente Sanjurō es ésto.
El anti-héroe va a imponer el orden con su katana dividiendo, confundiendo. El caos como estrategia , divide y reinarás. La katana del sámurai es la extensión de su mente.Todo es la mente, nada puede y menos un par de bandas forajidas con un ser que piensa y es rey de pensamiento e incluso de acciones. Un sámurai vagabundo urgido por el hambre y el sake pero que no olvida lo que es.
Un western a lo ponja dirían en el barrio.
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