Dino Buzzati, uno de esos escritores misteriosos y maravillosos en toda su obra literaria. Sus cuentos, todo.Pero especialmente su obra "El desierto de los tártaros " originalmente "Il deserto dei tartari "
Zambullirse en una historia cuyo escenario central es el desierto como paisaje pero también como destino final. La sequía, el arenal que es un desierto y una espera. No es una novela de acción, de aventuras, todo lo contrario,sino de viaje interior, de reflexión.Esa espera eterna la de un enemigo que no vendrá. El silencio de Dios, de los hombres en ese lugar inhóspito y sin embargo cargado de relevancia espiritual para el que quiere ver más allá de lo ordinario.
La angustia existencial, el tiempo que se diluye y decepciona. Una vida que puede ser un trino o un mero sollozo. Las peripecias agónicas de Giovanni Drogo.
La novela narra la vida adulta del teniente Giovanni Drogo, quien es destinado a la Fortaleza Bastiani tras completar su formación militar. La Fortaleza se sitúa frente al desierto (legendariamente ocupado por los tártaros) en una "frontera muerta" con el Reino del Norte. A pesar de la soledad y el hastío que inicialmente siente Drogo, éste decide sacrificar su juventud y su vida permaneciendo en la Fortaleza a la espera de la gloria que una guerra con los tártaros le pudiera propiciar. Sin darse cuenta, los años y los meses pasan, y Drogo, ascendido a capitán, continúa tratando de darle sentido a su vida, soñando con que algo importante sucediera en la frontera. Entre tanto sus antiguos amigos, que seguro le han olvidado, viven felices en la ciudad con sus mujeres e hijos. A Drogo, en cambio, tan sólo le quedan sus compañeros militares de la Fortaleza.
Lo simbólico y lo real se dan de la mano en la novela. La absurdidad de perder el tiempo esperando un enemigo que llega cuando ya está la decadencia. Lo absurdo de obedecer una cadena de mandos que están ausentes en la fortaleza, los soldados y sus jefes deben quedarse allí por las dudas. En ese quedarse allí a Drogo se le va la vida, en el obedecer una orden absurda. En la Fortaleza no hay amor, escasos sentimientos entre los soldados. Y afuera de la Fortaleza los sentimientos están diluidos también. Hay casi una imposibilidad que se le plantea a Drogo en su vida personal de hacer otra cosa que no ser un teniente a la espera de combatir a sus enemigos. Es romántico, esperanzado por lo menos al comienzo, cree que su trabajo en la fortaleza será momentánea y con un final heroico. Pero luego... También hay apatía, cierta rigidez, lo estricto que es lo militar. Cosa de acostumbrarse a cierta rutina, cotidianeidad monocorde. La Fortaleza lo termina constituyendo. La ironía de querer ser algo para ser un colectivo de gente esperando una oportunidad de mostrarse como héroes. La oportunidad llega tarde y...
Beckett, Kafka, Camus son algunos de los autores que se me ocurren como símiles en ese esperar absurdo, en el tema de la belleza del desierto que por otra parte es inhumano y salvaje a la vez. Y en el obedecer, la norma, la ley que terminan enloqueciendo a los hombre o al menos dejándolos sin vida, alienándolos. La angustia existencial del hombre contemporáneo disimulada en un sueño que se niega a ser espejismo.
¿ Dónde están los bárbaros ?, ¿ Cuándo llegan ?.
Lo nebuloso/irreal (como si fuera un sueño) la localización estricta de la fortaleza por ejemplo.
Es una novela del año 1940.
Muy recomendada
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