Involución
Estamos masticando el piso
pero no lo sabemos
hasta que te mirás en el espejo
y los dientes te quedan afilados
ahora podés ser vampiro
y escaparle a los crucifijos.
Los brazos cuelgan horripilantes
son como líneas de un Infinito
que termina en la Nada.
Anclados al piso
a un horizonte futuro
que nos disuelve
en su luminosidad abismal.
La involución siempre llega
para descarnarnos
y dejarnos en tripas
sin el auxilio de un corazón clemente.
Mónica Pedraza
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