LA PAZ DE LAS COSAS SALVAJES
Cuando me crece una desesperación por el mundo
y me despierto de noche al menor ruido
asustado por lo que será de mi vida y la de mis hijos,
voy y me tiendo donde descansa el pato salvaje,
hermoso sobre el agua, y donde come la fabulosa garza.
Entro en la paz de las cosas salvajes
que no le imponen a sus vidas la previsión
de las penas futuras. Entro en la presencia del agua quieta.
Y siento por encima de mí las estrellas ciegas al día
esperando con su luz. Durante un tiempo
descanso en la gracia del mundo, y soy libre.
Wendell Berry
(By Espacio Luke n° 168)
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