Canción del emigrante
Tierra mía
donde fui
donde quise
donde tuve frutos
pero
donde tuve sed
y niebla y noche,
donde mi decepción fue más grande
que mis deseos de quedarme,
adios.
Barrios, muros, perfumes
horizontes conocidos
familia
amigos
aquí se quedan.
Algún día volveré
a pasearme por tus calles
y a enamorarme
una vez más.
Mientras tanto creceré
naturalmente lejos
Donde debo echar raíces
ser todos los días,
permanecer,
ser constante
encontrar el norte.
Mientras tanto bailemos
hasta el fin del día
Arropame la nostalgia
infinita que tendré,
la fractura permanente,
el dolor de partir
de no ser ni voz, ni música
sino un piano desafinado.
Quedate con mis sueños
mis palabras dulces y benévolas
cuando te pensé país mío
y bello.
Y vos me vendías todos los días,
inmisericorde,
a los sucios marineros
del descontento y el fracaso
por un par de billetes
Que no te van a servir como pañuelo.
Mónica Pedraza
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