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lunes, 25 de marzo de 2019

Frases mías (VII)











Necesariamente tiene que desplomarse un mundo, colapsar, para dar paso a otro mejor. Cambio de paradigma, este mundo en el que vivimos ya es demasiado viejo y decadente.



Fuego otra vez sobre Gaza, el mundo va a arder definitivamente.



La compostura es algo que viene bien en tiempos de normalidad. Cuando algo nos conmueve, nos subleva hay que gritar



Los antiguos espartanos tiraban a sus hijos deformes al abismo. Los padres modernos condenan a sus hijos perfectos y buenos al uso de celulares desde la más temprana niñez.



A veces una caverna engendra un monstruo o un dios


Los pedazos de unos, los fragmentos de otros sobre los árboles. Y creemos que ésto que vivimos es trascendente.


Una receta linda para el invierno, un chocolate caliente, un hogar con mucha leña, un cómodo sillón y un buen par de libros de cuentos.


La memoria es esa lluvia insistente que nos moja la alegría y nos encallece el corazón de tanto usarla


El poema brotó de mi raíz


El agua se desliza por la piel, nos limpia, nos calma, somos más agua que otro elemento. Nos reconocemos en esas pequeñas gotas brillantes que nos iluminan


Anochece, algo desde el bosque nos mira



Crecer es agregar contenido, mundos, historias, fondo.


Apagar los celulares y encenderse. El off y el ON existencial


La Luna es amable luego de la medianoche


Lo efímero ejerce una atracción que desmaya


La fertilidad de una mente insaciable


Ella murió ayer y ya él le botó toda su ropa del ropero, se hace el galán con otra vieja de la tienda.Un payaso. Y ella que era una geisha, que lo cuidaba. EXAGERADAMENTE.


Le coloco las manos entre las suyas y le calentó la Vida


Pobreza de alma, tenía tanto pero era pobre.Muy pobre.


Donde se cuela un suspiro se mete el ayer como un misil


La experiencia no siempre enseña


Si sólo tuviera un minuto de vida y me fuera concedido ese minuto para hacer algo, sonreiría.


Él iba todas las tardes al lugar donde ella le mostró los tic tac de su corazón


Nunca forzar el perdón, darlo en generosidad

Podemos escribir claro pero cada uno va a entender lo que quiere entender


La ilusión y la realidad necesariamente tienen que convivir.Un exceso de realidad nos vuelve como una escoba, seca, áspera, ruda. Un exceso de ilusión nos vuelve gelatinosos, dependientes, demasiado permeables.






























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